Hidratación inteligente: por qué el agua no siempre alcanza

Beber agua es fundamental para mantenerse hidratado, sin embargo en muchos escenarios simplemente no basta para cubrir las necesidades de nuestro organismo. Factores como la sudoración, ambiente caliente, ejercicio intenso, dieta, y el balance de electrolitos pueden hacer que el agua por sí sola no logre un balance óptimo de hidratación. Este artículo explora por qué sucede eso y qué estrategia adoptar, incluyendo algunos productos de The Protein Lab que pueden ser útiles.

¿Por qué el agua sola puede quedarse corta?

  • La pérdida de líquidos mediante el sudor, la respiración, la micción y el metabolismo es constante, y junto con el agua se pierden minerales (electrolitos) que ayudan a retener líquidos y transportar nutrientes.

  • Beber grandes cantidades de agua en un solo momento sin reponer minerales puede diluir el sodio u otros electrolitos, y eso puede comprometer la absorción / retención del agua.

  • Actividades físicas prolongadas, altas temperaturas, baja ingesta de alimentos ricos en agua (frutas/verduras) o dietas con mucho sodio/cafeína/alcohol incrementan la demanda de hidratación “inteligente”.

  • La hidratación óptima exige: agua + electrolitos + ingesta regulada a lo largo del día + adecuada alimentación.

¿Qué implica una estrategia de hidratación inteligente?

  • Beber agua de forma constante a lo largo del día, no solo al tener sed o cuando “recordás”.

  • Incluir alimentos ricos en agua (sandía, pepino, naranjas, sopas, etc.).

  • Después de entrenamientos o cuando hayas sudado mucho: optar por bebidas o suplementos que reemplacen también electrolitos, no solo agua.

  • Vigilar señales como color de orina (muy amarilla → posibles deshidratación).

  • No abusar de agua sin electrolitos en contextos de alta pérdida de líquidos, ya que puede generarse dilución de sodio (hiponatremia) aunque en personas sanas es poco común.

Recomendamos:

Bisglicinato de Magnesio: este producto ayuda a cubrir necesidades de magnesio, mineral clave para la función muscular, para los calambres y para la absorción de agua a nivel intracelular.

Zinc Quelato: el zinc, aunque no directamente un “electrolito” como el sodio/potasio, ayuda en múltiples funciones metabólicas y puede acompañar un plan de hidratación global, especialmente si la dieta no es óptima.

Hierro con Vitamina C: en contextos de ejercicio extenuante o demanda elevada, asegurar un buen estado del hierro y vitamina C favorece la recuperación y puede indirectamente apoyar la hidratación al favorecer la perfusión, transporte de oxígeno y función celular.

Conclusión

 

El agua es la base de la hidratación, pero para una hidratación inteligente debemos mirar más allá: electrolitos, minerales, contexto de ejercicio, ambiente, dieta. Incluir productos adecuados como los mencionados puede marcar la diferencia cuando se trata de rendimiento, recuperación y bienestar general.